Maldita penetraste en el centro de mi pobre corazón,
tacerando con tu falsa lo más hondo de mi alma tan tranquila,
sin amor.
Maldita,
cuántas cosas te dio el mundo para fingir el amor,
que con gracia tú subyugas a los seres
que enamoras con tu estilo superior.
Cantadora que trasciende la impostura,
bien ocultas la malicia de tu faz,
tacerando con tu falsa lo más hondo de
las almas que has ganado con maldad.
Maldita,
penetraste en el centro de mi pobre corazón,
tacerando con tu falsa lo más hondo de mi alma tan tranquila,
sin amor.
Maldita,
cuántas cosas te dio el mundo para fingir el amor,
que con gracia tú subyugas
a los seres que enamoras con tu estilo superior.
Cantadora que trasciende la impostura,
bien ocultas la malicia de tu faz,
tacerando con tu falsa lo más hondo de
las almas que has ganado con maldad.
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
Cuando una mujer te cela y veas lágrimas correr,
no olvides que la mujer del llanto ha hecho una escuela.
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
Si llora el controvertir,
o sollozar yo la escucho,
pero cuando llora mucho su llanto me hace reír.
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
Ni dándome un beso al diente,
más nunca me engañarán,
pues sé que son como el pan,
que hay que comerlo caliente.
¡Vamos!
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!
¡Qué malditas son las mujeres! ¡Qué malditas son!