¡Ay, mi vida!
Y yo no olvido el año viejo,
porque la pasé sabroso.
¡Ja!
¡Ay!
¡Sabrosura!
¡Eh!
¡Uy!
Yo no olvido el año viejo,
porque me ha dejado cosas muy buenas.
Yo no olvido,
no,
no,
no,
el año viejo,
porque me ha dejado cosas muy buenas.
¡Buenísimas!
Me dejó una chiva,
una burra negra,
una yegua blanca y una buena suegra.
Ay,
me dejó una chivita,
una burra bien negrita,
una yegua bien blanquita y una buena suegra.
Me dejó una chiva,
una burra negra,
una yegua blanca y una buena suegra.
Ay,
me dejó,
me dejó,
me dejó,
me dejó cosas buenas,
cosas muy bonitas.
Y
cuando el corazón es noble,
las bendiciones llegan porque llegan.
Te gustó.
Yo sabía.
Bendiciones,
muchas bendiciones para mis familias colombianas.
En el año nuevo, se los dice Alejandro Palacio.
Yo no olvido el año viejo,
porque me ha dejado cosas muy buenas.
Ay,
yo no olvido el año viejo,
porque me ha dejado cosas muy buenas.
Me dejó una chiva,
una burra negra,
una yegua blanca y una buena suegra.
Ay,
me dejó una chivita,
una burra bien negrita,
una yegua bien blanquita y una buena suegra.
Que yo no olvido el año viejo que va,
que yo no olvido el año viejo otra vez.
¡Ah!
Se fue.
Como compañero,
se acabó.