Me partió en cuatro el alma en pena,
éramos dos y la luna llena,
rocé su piel, supe después que iba a perderla.
Un clavo que no pude sacarlo y mi cabeza sigue asimilando
ese dolor que para ti solo fue amor de contrabando.
Lo hiciste tan romántico y a la vez tan mágico.
¡Guau!
Ya me supo a poco,
sigo pagando aquellos platos rotos
de cuando eras como un terremoto,
que lo prohibido era mejor.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco,
no había nada que nos diera miedo,
siempre viviendo todas ras del suelo.
Y ahora que el bicho tú la flor,
en una guerra de amor donde el límite era el cielo.
Cierra los ojos y me recuerdas,
no tengas miedo a que lo nuestro vuelva a ser.
Un beso a cámara lenta.
Huyendo solos como dos bandidos,
no hay veredictos y no hay testigos,
acúsame, pero qué bonito fue bailar contigo.
Fue todo tan romántico y a la vez tan mágico.
¡Guau!
Ya me supo a poco,
sigo pagando aquellos platos rotos de cuando eras como un terremoto,
que lo prohibido era mejor.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco,
no había nada que nos diera miedo,
siempre viviendo todas ras del suelo.
Y ahora que el bicho tú la flor,
en una guerra de amor donde el límite era el cielo.
¡Guau!
Nuestro límite era el cielo.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco.
¡Guau!
Nuestro límite era el cielo.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco.
Tú hablabas de amor.
Tú hablabas de amor.
Tú hablabas de amor.
Tú hablabas de amor.
Tú hablabas de amor.
Tú hablabas de amor.
¡Guau!
Nuestro límite era el cielo.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco.
¡Guau!
Nuestro límite era el cielo.
Tú hablabas de amor, pero a mí me supo a poco.