Tres, dos,
uno.
Cada viaje tiene sus zapatos,
en cada sueño vive un corazón,
en cada brazo existe un milagro
y en tu boca mi ilusión.
No dejes nunca de darme besos,
porque tus besos son mis alas
y se quedan sin gorriones mis mañanas.
Tus dedos juegan en mi espalda
y sonan torcias encendidas que dan camino
a este pirata perdido en la orilla.
Lo reconozco,
yo nunca he sido de los que siguen el guión establecido,
mi vida ha sido un garabato en un papel,
pero te recogiste el pelo en mi presencia
y despertaste el dragón bajo mi piel.
Lo reconozco,
no he sido un santo y es muy difícil de creer en los milagros,
yo te prometo que te estoy hablando en plata,
ese del alma donde está la contraseña.
Amor es la palabra que resuelve el crustigrama.
Amor,
un abrazo por la cuadra y en el último minuto
hay sonrisas que te salvan,
habrás los que arreglan tu mundo y tus
besos me salvarán y en el último minuto.
Siguiendo tus andares de pantera,
sal de los charcos de la tentación y me mudé al
barrio de tu cadera y a la fiesta de tu amor.
No dejes nunca de darme besos,
porque tus besos son mis alas y se quedan sin gorriones mis mañanas.
Tus dedos juegan en mi espalda y son las torchas encendidas
que dan camino a este pirata perdido en la orilla.
Lo reconozco,
yo nunca he sido de los que sigue en el guión establecido,
mi vida ha sido un garabato en un papel,
pero te recogiste el pelo en mi presencia
y despertaste el dragón bajo mi piel.
Lo reconozco,
no he sido un santo y es muy difícil de creer en los milagros,
yo te prometo que te estoy hablando en plata,
es en el alma donde está la contraseña.
Amor es la palabra que resuelve el crustigrama.
Amor,
un abrazo por la cuadra y en el último minuto
hay sonrisas que te salvan,
habrás los que arreglan tu mundo
y tus besos me salvarán.
Y en el último minuto.