Yeh, yeh, yeh, yeh.
Yo solo buscaba un beso con el que olvidar,
una historia tan absurda y por casualidad.
Esa noche de repente estabas por allí,
detrás de mí.
Tú buscabas un abrazo para reparar cicatrices
de un romance que termina mal y de pronto tropezaste con un...
Quizás,
horror,
un encuentro nueva te dijiste tú,
un clavo saca otro,
pensaría yo.
Y salimos embruezados,
riendo sin pensar que sería un milagro
que esto funcionara si algo debes petar,
si tan solo huirimos de las heridas de la soledad.
Si sería un milagro que al final me amases de verdad y
yo te quisiera como te mereces o tal vez un poco más.
Solo buscaba una excusa para hacerte ver,
que un kilo de noche francamente estuvo bien,
con la luz del día no parece todo igual en realidad.
Y ahora somos como extraños al amanecer,
preguntándonos qué hacemos aún en este hotel,
entre sábanas revueltas,
tratando de entender...
Que sería un milagro que esto funcionara si algo debes petar,
si tan solo huirimos de las heridas de la soledad.
Y sería un milagro que al final me amases de verdad y
yo te quisiera como te mereces o tal vez un poco más.
Que sería un milagro que esto funcionara si algo debes petar,
si tan solo huirimos de las heridas de la soledad.
Y sería un milagro que al final me amases de verdad y
yo te quisiera como te mereces o tal vez un poco más.