No voy a pedir perdón
para descubrir en ti la luz de mis latidos.
No he de pedir permiso
para adorar tu rostro dulce y ferozmente.
La gente nada sabe del amor
si no se reconocen nuestros pasos
y al lado de la cama, más bien al pie,
espero a que esta aurora te despierte,
que no esperen mis disculpas.
Corazón,
todo empieza y todo acaba en ti.
Y no te asustes, mi amor,
si mi voz suena algo seria y definitiva,
la vida es una y una es la respuesta,
mi piel se quema sin tu suave sombra.
Te nombran las ciudades que pise
y en cada esquina encuentro tu acertijo.
Si vivo fue porque siempre esperé
para entregarte mi pecho desnudo.
El futuro me ha nombrado
con tu voz.
En ti todo encuentra una razón.
Corazón,
todo comienza en ti,
el resto de mi vida y la razón de abrir cada ventana
la canción
que resuelve mis dudas,
mi delirio y mi cura y todo acaba en ti.
Tus besos cada fiesta a la raíz
que bebe mis dolores y feliz
costumbre de buscarte mis días y este hambre de ti.
De ti.
De ti.
De ti.
No voy
a pedir perdón
por entregarme en cuerpo y alma tus pecados.
Cansado de los subterfugios
me sumo a tu motín sin ataduras
que envidien mi locura,
corazón.
Tú eres mi hogar y afuera me muero de frío.
Elijo regalarte mi canción
porque apareces en todos mis planes.
Me alumbraste y renacido
creo en mí.
Tu figura ya ha su fin.
Todo comienza en ti,
el resto de mi vida y la razón
de abrir cada ventana la canción
que resuelve mis dudas,
mi delirio y mi cura y todo acaba en ti.
Tus besos cada fiesta a la raíz que bebe mis dolores y
feliz costumbre de buscarte mis días y este hambre de ti.
De ti.
De ti.
De ti.
De ti.
De ti.
De ti.
De ti.