Toro,
el tioro,
cien mil palomas blancas,
agarra el cordel con esa fuerza,
de quien ha perdido
casi todo,
no deja escapar a su cometa,
desde lo alto se verá su casa,
el olivar,
su ayer y su ojalá.
Un hombre vigila la cometa,
levantando su mirada al cielo,
el futuro es sólo una promesa,
y el hogar
tan sólo es un recuerdo.
Lejos de su casa un hombre espera,
manos que lo salven del silencio,
flores de papel el aire lleva,
y bajo los escombros tirita aquella estrella que marca su retorno.
Luces sedantes,
en tierra extrañas,
sombras del pasado,
memoria incómoda y frágil, nuestro legado.
Mírame,
existo,
sueño y respiro,
aunque algo cansado,
llevaré hasta tu casa ramas de
orihue en mis manos.
Futuro aplazado,
duro camino del refugiado,
luces errantes,
en tierra extraña,
sombras del pasado.
Aves de papel hoy sobrevuelan,
la playa que fue sangre y espina,
la brisa empuja mil cometas,
como quien sopla sobre una herida,
agarra el cordel con esa fuerza,
de quien ha perdido casi todo,
no deja escapar a su cometa,
desde lo alto se verá,
su casa, el olivar, su ayer y su ojalá.
Las sombras abren de olvido y fronteras,
el inviento que enreda tu cabello,
y entre nubes
dece a las cometas,
que pintan de colores el cielo,
como una ave que siempre regresa,
al lugar en que nacen los sueños,
vuela en ruido alto mi dulce cometa,
y se abrirán mañana el corazón,
la senda que lleva hasta tu casa.
Luces errantes,
en tierra extraña,
sombras del pasado,
memoria incómoda y frágil, nuestro legado,
mirar existo,
sueño y respiro,
aunque algo cansado,
llevaré hasta tu casa,
ramas de olivo en mis manos,
futuro aplazado, futuro camino del refugiado,
memoria incómoda y frágil,
camino a tu lado,
y hasta tu casa,
ramas de olivo en mis manos,
futuro aplazado,
futuro camino del refugiado,
luces errantes,
en tierra extraña,
sombras del pasado.